El paso del tiempo a mí me sorprende tanto como la vida misma. Pasa tan distinto según lo que acontece cada día y cada semana…
Creo que tomarse cada día un ratito para mirarse y sentirse es una tarea preciosa que recomiendan ampliamente quiénes conocen un poco sobre las emociones humanas.
Desde la distancia y cuando cambian las rutinas, uno mismo se va dando cuenta de lo que ha pasado anteriormente.
Creo yo que, es como si se acomodaran los recuerdos en el sistema neuroendocrino como las piezas de un juego que puedes hacer y rehacer manteniendo una esencia.
En mi opinión, lo bueno que tiene recordar es que puedes comprender mejor momentos concretos que ya fueron. Esa nueva perspectiva, la de la distancia y el tiempo, es una oportunidad cada día de mejorar y acercarnos un poquito más a nuestros deseos y hacia lo que queremos ser y hacer.
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